

La Temporada de Verano: Un Cuento sobre Equipos Temporales
Cada año, cuando llegaba el verano, el pequeño pueblo costero de Bahía Serena se transformaba. Restaurantes, tiendas, hoteles y alquileres de coches se preparaban para recibir a miles de turistas, y con ello, llegaba el reto de formar un equipo de trabajo en tiempo récord.
Miguel, dueño de un popular restaurante frente al mar, sabía que el éxito de la temporada dependía de un equipo bien organizado. No bastaba con contratar rápido; debía contratar bien. Pero, ¿cómo lograrlo en tan poco tiempo?
La Mirada del Gestor: Selección Inteligente
Con la experiencia de años anteriores, Miguel había aprendido a no dejar las cosas al azar. Antes de abrir vacantes, se sentó con su socia Laura y planificaron cuántos empleados necesitaban y qué cualidades eran esenciales. “No solo necesitamos camareros y cocineros, necesitamos personas comprometidas, que sepan trabajar en equipo y mantener la calma en los momentos de más demanda”, dijo Laura.
Comenzaron las entrevistas. Miguel observaba más allá del currículum; hacía preguntas situacionales: “Si tienes cinco mesas esperando y todas piden al mismo tiempo, ¿qué harías?” o “Si un cliente está insatisfecho con su comida, ¿cómo lo manejarías?” No buscaba respuestas perfectas, sino actitud y capacidad de resolución.
Una vez seleccionado el equipo, la clave era la claridad. Desde el primer día, cada persona supo cuál era su función, con quién debía coordinarse y qué se esperaba de su trabajo. Miguel y Laura organizaron una pequeña reunión para dar la bienvenida al equipo y explicarles la filosofía del restaurante: trabajar con calidad, rapidez y compañerismo.
La Mirada del Empleado: Adaptación y Oportunidad
Entre los nuevos empleados estaba Sofía, una joven que buscaba su primer trabajo de temporada. Al principio, se sintió abrumada por el ritmo acelerado, pero pronto comprendió que la clave estaba en aprender rápido y apoyarse en sus compañeros.
“Lo más importante es preguntar y observar”, le dijo Pedro, un camarero con experiencia. “Si tienes dudas, pregunta. Aquí nadie espera que sepas todo desde el primer día, pero sí que tengas buena actitud”.
Siguiendo ese consejo, Sofía aprendió los procedimientos, se adaptó al equipo y, con el tiempo, se convirtió en una pieza clave en el servicio. Lo que comenzó como un empleo temporal terminó siendo una experiencia enriquecedora que le abrió puertas para futuras oportunidades.
El Éxito de la Temporada: Un Equipo en Sintonía
A medida que avanzaba el verano, el restaurante funcionaba como una máquina bien engrasada. Los clientes eran atendidos con rapidez, los platos salían perfectos de la cocina y el ambiente de trabajo era dinámico pero armonioso. La clave no había sido solo la contratación, sino la organización y la claridad en los roles.
No solo en el restaurante de Miguel sucedía esto. También en los hoteles, tiendas y negocios de Bahía Serena, aquellos que apostaban por una selección estratégica y una integración clara de los empleados, lograban una temporada fluida y exitosa.
Reflexión Final: Construir Equipos con Visión
La historia de Miguel y Sofía nos recuerda que el éxito de un negocio de temporada no depende solo del número de empleados, sino de cómo se integran y trabajan juntos.
En Kairosorganizacional, creemos que una temporada exitosa empieza con una buena planificación, la elección adecuada del equipo y la creación de un entorno donde cada persona sepa su rol y valore su aporte. Porque cuando el equipo está bien conformado, la temporada no solo es rentable, sino también una experiencia enriquecedora para todos.